Palabras en
vuelo
La comunicación por medio de la
palabra es una característica exclusiva del ser humano. “El verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros” dice la Biblia y Jackes Derrida lo complementa
diciendo: “Somos palabra”. Octvio Paz asegura que “Por medio de la palabra
tomamos conciencia de lo que somos. Además, agrega, podemos decir que habla a
través de nosotros y define nuestra condición humana. La palabra nos pertenece
y a su vez pertenece a todos. Por
medio de la palabra percibimos el mundo y nos reconocemos en él.
Con el uso, la palabra se somete
a constantes cambios, es dinámica. Es, nos dice Octavio Paz, “como un árbol
inmenso, con un follaje rico y variado, bajo el que verdean muchas ramas. Cada
uno de nosotros es una hoja del árbol”. Lo que hoy hablamos es el producto de
un acontecer milenario que ha cambiado y seguirá cambiando.
La palabra está compuesta de
códigos que han venido transformándose. Según Derrida, “es también un intento
de reinventarla, de darle por fin una forma, al tiempo que la deforma, la
reforma y la transforma y así, hacerla pagar el tributo de la interdicción” (1). Con
la palabra podemos hacer lo que queramos.
La
palabra, contiene en sí misma una dualidad. Bien utilizada eleva nuestra
condición humana. Como encuentro de los opuestos, el silencio se
instituye como opción complementaria y salvadora. Así, “el silencio es una fuga
existencial cuando la palabra nos toma por asalto”, nos dice José Martín
Hurtado. Palabra y silencio, espacio donde se crea y recrea nuestra la realidad
cotidiana. El silencio, que no deja de hablar y nos maravilla.
(
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