Una reflexión que nos acerca
Ana
Piza madre, hija, amiga, compañera, esposa, abuela… escritora
Hace
algunos años, mami publicó un libro de poesía llamado Mis estancias. Sus poemas,
como ella lo expresa, “nacen en horas de descanso y siglos de fatiga”. Se
esbozan en espacios de tiempo inexistentes, en una hoja cualquiera y que por
ahí quedaba; se escriben entre apuros y trajines.
Puedo
asegurar, que al igual que sus poesías y que todos sus escritos, esta novela surge
como un impulso, se gesta porque algo tiene que decirse, y cito:
“es mejor
que lo diga
y no espere
a llorarlo
con la
sangre y el fuego
¡con las
lágrimas secas de un verso sin palabras!”
Un encuentro
con la historia oculta de Costa Rica motivó la novela. Fue un descubrimiento que
desató todas las inquietudes en una mente ya de por sí inquieta pero además incansable,
tenaz, persistente, contestataria, inconforme. No fue cualquier persona la que
identificó en los anales de Cartago una situación particular. Fue alguien que
busca sin descanso hasta encontrar su verdad.
“En Dos Talegas de Pita”, al igual
que sus poesías, como ella misma lo dice, “no es entregada a la crítica espesa,
sino a ustedes mis lectores amigos”. Está aquí porque alguien tenía que decirlo
“aunque los ojos mudos nos miren asombrados”, “no suceda que estalle y nos rompa
la entraña”
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