domingo, 2 de junio de 2013

En un mar de cielos, ¡soñé!

En un mar de cielos, ¡soñé!

Soñar es gratis, nos dicen, dejándonos por un instante en la inmensidad de un espacio vacío. Si soñar es gratis ¡soñemos!

Históricamente el ser humano ha demostrado su capacidad para trascender. No se conforma. Busca caminos que le permitan crecer y descubrir. Nuestra mente aspira a más porque sabemos que a mayor logro, más libertad. La vida es libertad y la libertad conlleva felicidad.

Para la teología prehispánica Quetza-Sha “Vivimos navegando en las corrientes de la vida como el águila, como el cóndor, que allá en las alturas baten sus alas para sentir las maravillas de la creación”

Leonardo Da Vinci (1452-1519), principal figura de renacimiento italiano, encuentra, escondido en la maravilla del mundo natural, su autenticidad. Relacionándose con el entorno de una manera directa, encuentra su propia capacidad para vivir una experiencia humana única: con pasión, sin límites. "Una vez que hayas probado el vuelo, caminarás sobre la tierra con la mirada levantada hacia el cielo, porque ya has estado allí y quieres volver." Observa la naturaleza para descifrar sus misterios; misterios que plasmará en las imágenes, escritos, proyectos e inventos.

Viktor Frankl (1905-1997), neurólogo y psiquiatra austriaco, desarrolló la logoterapia. Su propuesta se apoya en el análisis existencial para enfocarse en “una voluntad de sentido”  en oposición a la doctrina “voluntad de poder” de Adler o “voluntad de placer” de Freud. Su teoría manifiesta la razón de la existencia humana desde tres aspectos principales: La libertad de la voluntad, la voluntad de sentido y el sentido de la vida. Considera que en el inconsciente se encuentra una espiritualidad que busca la trascendencia. Así, la fuerza de nuestras decisiones está en la propia existencia de tal modo que jamás podemos renunciar a ella.

Friedrich Nietzsche (1844–1869), filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, desechando todos los conceptos morales del momento, desarrolló una forma de pensamiento que tienta a vencer las cadenas del cosmos. Nietzsche vio ese mundo de los impulsos una fuerza para trascender y “crear más allá de todo límite, en la apertura de un horizonte infinito”. Nos invita a dejar nuestra seguridad y respirar con libertad el aire fresco.

Día con día conocemos personas que se enamoraron de un ideal, que empezaron a construir nuevos caminos y que nos invitan a intentar nuevas posibilidades para crear. Tarde o temprano, nos llega el momento de ver a lo lejos, superar los obstáculos, tomar el timón y navegar en ese  mar de cielos.  



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